Los masajes eróticos conjugan dos elementos esenciales: el arte y la técnica. Tienen su base en enseñanzas orientales y se aplican a todo el cuerpo principalmente a través de las manos. Utilizan aceites, cremas y bálsamos de primera calidad. Durante un mínimo 45 minutos acarician al cliente con suavidad y un ritmo muy lento, para introducirlo en un estado de relajación que invite a avanzar hacia sensaciones más placenteras. Todo envuelto en inciensos, velas y música relajante, en un entorno elegante, pulcro y acogedor.
Es importante saber que no proporciono sexo con penetración. Se trata de un masaje erótico, no de un servicio sexual, donde priman la sensualidad y las emociones piel a piel.
Masaje Lingam
Es un masaje en los genitales masculinos y la zona colindante. En los genitales, según el Tantra, se encuentra un chakra que conecta mente, espíritu y cuerpo; y la técnica de masaje que se emplea aquí se utiliza para explorar la plenitud de la masculinidad.
El objetivo de este masaje es la relajación del hombre y la conexión con su parte más sensible, con su yo “femenino”; de forma que en este masaje los papeles de dominancia habituales se invierte, siendo el/la masajista quien lleva las riendas de la situación. Esto no implica la existencia de una relación sexual entre masajista y cliente, porque la finalidad del masaje es la exploración de un nuevo tipo de placer, completamente independiente al orgasmo.
Masaje Prostatico
El masaje prostático es un tipo de masaje sensitivo que se aplica exclusivamente a los hombres y se trata de una forma estupenda de combinar placer y salud. Se basa en la estimulación de la próstata a través del masaje, que aparte de ser una parte muy sensible y placentera al tacto es un componente fundamental del aparato genital masculino. A pesar de ser un técnica socorrida para multiplicar el placer masculino, el masaje prostático sigue siendo un tabú que merece la pena ser descubierto. Que nadie se asuste con las sensaciones nuevas. Hay que advertir que este orgasmo es distinto al del pene. Abre otra dimensión de placer a base de sensaciones más profundas.


